Regar con agua del Guadalimar

El cambio material y en el ámbito de las infraestructuras desde los años 80 hasta hoy es muy grande”. Así comenzó el alcalde de Puente de Génave, Ramón Gallego, su intervención en el debate organizado por Diario JAÉN con motivo de las cuatro décadas de democracia transcurridas.

Un periodo que, en palabras del regidor, ha supuesto un importante avance: “Había municipios sin vías de acceso y sin luz, y eso, afortunadamente, ya ha pasado”, dijo. Tan espectacular le parece al máximo dirigente municipal ponteño la progresión sufrida por la comarca de la Sierra de Segura y por su propio pueblo que no lo dudó a la hora de aseverar: “No tenemos nada que envidiar a una capital, hoy en día, en cuanto a servicios básicos”.

Como sus homólogos —los regidores de Benatae y Torres de Albanchez—, Gallego apuntó a la despoblación como uno de los problemas que más dolores de cabeza le produce y lamentó la ausencia clara de soluciones: “Intentando hacer los deberes, hicimos un polígono industrial cuando nadie los hacía, porque se veía irremediable la desindustrialización de España; en ese polígono trabajan ahora sesenta personas”, aseguró, y añadió: “Sacamos también suelo barato, para construir viviendas, servicios médicos y sociales, pero lo que ha funcionado en algunos pueblos, en otros no lo ha hecho”, aclaró. Al respecto, Ramón Gallego afirmó que las dificultades que encuentran los agricultores que cultivan en zonas de sierra, mucho “más difíciles de trabajar”, no se ven recompensadas con subvenciones que ayuden a rentabilizar su labor, mientras que en zonas de más fácil acceso reciben mayores cantidades de dinero.

Esa reflexión le sirvió de prólogo para, con la actualidad más rabiosa sobre la mesa, opinar acerca de la llegada del PP a la Presidencia de la Junta: “Una cosa son los discursos, que pueden comprometer o no en un Parlamento y que, al final, solo son buenas intenciones”, alegó para añadir: “Prefiero mirar lo que se ha hecho de aquí atrás”. No en vano, el alcalde de Puente de Génave criticó duramente decisiones como “la que tomó el Partido Popular de acabar con planes locales que daban oxígeno a los pueblos, y que los populares concentró en municipios de más de veinte mil habitantes”, indicó.

La situación de la presa de Siles se convirtió en uno de los protagonistas del debate. Ante la situación de “parálisis” que presenta, el alcalde apostó por “dejar las canalizaciones para más adelante, cuando esté bien definida la superficie regable”, y reclamó que los regantes puedan tomar agua del Guadalimar.

No contempla Ramón Gallego el turismo como “una panacea”, o no, al menos, si no va acompañado de “una continuidad”, además de manifestar su preocupación por que la explotación turística de los recursos naturales de la comarca pudiera devenir en un impacto no deseable sobre el paisaje. Así lo expresó antes de deshacerse en elogios hacia la Administración provincial: “Sin ella no nos llegarían muchos planes europeos, y su aportación en los ámbitos de la cultura y los deportes, en la gestión de los centros Guadalinfo, en los servicios sociales... es imprescindible para los municipios más pequeños, en los que se fija cada día”, concluyó.