Santisteban obsequia a la Virgen del Collado con todo su cariño
Cientos de fieles arropan la entrega a la patrona local de la Medalla de la Villa
Un sentir colectivo. El templo que lleva el nombre de la venerada patrona acogió un acontecimiento para Santisteban del Puerto, la entrega a la Virgen del Collado de la más alta distinción que existe en el municipio de El Condado, la Medalla de la Villa. Los fieles, de todas las edades, no se perdieron la ocasión y llegaron la iglesia que domina, majestuosa, el casco urbano, justo por debajo del gallardo castillo.
La ceremonia de imposición convertía en realidad el acuerdo adoptado por unanimidad por la Corporación Municipal para entregar la distinción a Nuestra Señora en conmemoración del sesenta aniversario de su nombramiento como Alcaldesa Perpetua. Entre los fieles se encontraban los ediles santistebeños, encabezados por el alcalde, Juan Diego Requena, así como representantes cofrades, con el hermano mayor, Francisco Armijo. Lucían radiantes, además, los más de veinte miembros de la mayordomía, un colectivo que se renueva cada año por las fechas de Pentecostés.
La “alhaja” fue depositada por la camarera, Catalina Priego, quien subió hasta el camarín para hacerla llega a la patrona. Se la habían entregado Armijo y Requena, en compañía del párroco y capellán, Sergio de la Fuente Cueto. Antes del momento culminante hubo un discurso sencillo y elegante del alcalde de Santisteban del Puerto, quien leyó el acuerdo de la Corporación de 1958. También subrayó la importancia que tiene la imagen para el conjunto de los vecinos. La entrega del bastón de mando que simboliza el título de Alcaldesa Perpetua se produjo hace seis décadas, el 31 de octubre, en víspera del día de Todos los Santos. Este fue uno de los grandes hitos de la devoción mariana en el pueblo de El Condado, junto con la coronación canónica y pontificia, que se hizo realidad el 16 de julio de 2006, en otra multitudinaria ceremonia impulsada por la Muy Antigua, Ilustre y Real Cofradía de la Santísima Virgen del Collado. Al término de la entrega de la Medalla de la Villa, los abrazos entre Juan Diego Requena, Francisco Armijo y otros responsables evidenciaban la intensidad de un momento muy esperado. Se acabó con la solemne interpretación de la salve y con vivas a la Virgen.
Por lo que respecta a la misa que precedió al depósito de la presea ante la patrona, Sergio de la Fuente Cueto se esmeró para conseguir una eucaristía acorde con el acontecimiento. En su homilía reflexionó sobre el significado para los cristianos de la palabra prójimo, que va más allá del sentido restrictivo que tiene para otras religiones como la judía. El sacerdote se recreó en la importancia de María para la Iglesia, evidenciada ya en las primeras comunidades de creyentes. Subrayó el honor que es para el pueblo tener a la Madre de Dios como modelo en la vida cotidiana. Por otro lado, el cura resaltó el valor máximo que posee la Medalla de la Villa. De la Fuente se dirigió a los presentes con un lenguaje cercano, sencillo y muy gráfico. No faltaron momentos de complicidad con los jóvenes monaguillos que lo acompañaban en el altar mayor. También fueron numerosos los asistentes al acto de culto que tomaron la comunión. En la fresca noche se contó con la actuación del coro que lleva el nombre de la patrona de Santisteban. Dentro del monumental marco del templo, las voces sonaron a gloria a lo largo de la ceremonia, que se prolongó durante unos cincuenta minutos. La recaudación obtenida en la misa se destinará para Cáritas.
Los devotos salieron muy satisfechos de un encuentro con la fe que tuvo un marcado carácter local, como símbolo de adhesión hacia una imagen muy querida por los santistebeños en general. Tanto la eucaristía como la posterior entrega de la Medalla de la Villa fueron retransmitidas en riguroso directo por Diario JAÉN.