La comarca pierde 2.950 habitantes en quince años

Puente de Génave, Beas de Segura, Siles y Arroyo, los más rejuvenecidos

03 ene 2019 / 10:38 H.

La Sierra de Segura se despuebla. La mayoría de los municipios pierden habitantes y la tasa de nacimientos se estanca, los fallecimientos los superan. Francisco Javier Torres Herrera, un joven de Arroyo del Ojanco con estudios universitarios en Geografía y Gestión del Territorio, ha realizado un análisis de los datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística, relativos a la Sierra de Segura. La Sierra de Segura, con un 3,8% del total de la provincia, en el periodo 2002-2017, ha perdido unos 2.950 habitantes, solo dos municipios tienen un balance positivo en el total del periodo de análisis: Arroyo del Ojanco y Puente de Génave. El resto de municipios actualmente están en una inercia negativa, Santiago-Pontones es el municipio más afectado. En el rango de poblaciones de entre 3.000-6.000 habitantes, Beas de Segura, cabecera de comarca, y Santiago-Pontones, que la totalidad de su término municipal se encuentra dentro del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, son los municipios con mayor población.

Por otro lado, destaca el estudio que cada vez hay menos nacimientos y que el total de población pasa a estar en constante envejecimiento, un problema para en el futuro sostener una población tan dependiente. Las poblaciones más envejecidas son Villarrodrigo (58,4% de su población) y Santiago de la Espada (49,5% de su población); mientras que las más rejuvenecidas son Puente de Génave (14,9% de su población), Beas de Segura (13,2%), Siles (13,0%) y Arroyo del Ojanco (12,2%). En cuanto a la población por grupos de edad en el conjunto de la comarca, el 46,1% representa a personas mayores de 50 años, el 42,6% son personas de 15-49 años y el resto, un 11,3%, lo son menores de 14 años.

En cuanto a la tasa de nacimientos, defunciones y crecimiento vegetativo, los nacimientos en 2017, en todos los municipios, ocupa un porcentaje menor que en otros periodos (1997 y 2007). Los municipios que se encuentran en una mejor posición en cuanto al número de nacimientos son Orcera, 8,6 por cada 1.000 habitantes, Puente de Génave, 7,66, y Beas de Segura, 7,39. Entre los pueblos con un menor número de nacimientos en función de su población están Villarrodrigo (0,0), Arroyo del Ojanco (3,40) y Benatae (4,38).

En cuanto a las defunciones se puede observar que, durante los años analizados, mueren aproximadamente el mismo número de personas en cada municipio, sufriéndolo de manera más acusada en 2017 poblaciones como Villarrodrigo, con 23,53 por cada 1.000 habitantes, Torres de Albanchez (16,95), La Puerta de Segura (16,28) y menos acusada en Benatae (8,57), Arroyo del Ojanco (9,35) y Puente de Génave (9,92).

El crecimiento vegetativo —diferencia entre nacidos y muertos—, es negativo y sigue decreciendo año tras año, ya que mueren un número mayor de personas de las que nacen, lo que acelera el proceso de pérdida. En el año 1997 la pérdida de población era de 102 personas; en 2007 de 135, y en 2017 desciende hasta 166 personas.

Santiago Pontones y Beas de Segura

En números redondos, un tercio de la Sierra de Segura lo forman los municipios de Santiago-Pontones y Beas de Segura. Existen notables diferencias como la orografía escarpada y abrupta; un municipio enclavado a 1.300 metros de altitud; el clima con intensas nevadas en la estación invernal, y un escenario rural donde se hace dificultoso vivir actualmente con actividades tradicionales, donde el turismo rural está siendo su salvador. Todo esto complica a la vez sus conexiones con las grandes vías. Es por esto que hay que entender que el municipio de Beas dispone de otro contexto diferente, no solo su relieve (desde un paisaje suave y alomado a un terreno quebrado), su altitud (600 metros) o su clima (inviernos fríos con frecuentes precipitaciones y veranos cálidos); sino que, en lo socio-cultural, posee como casi el resto de municipios una amplia y dilatada tradición olivarera y cooperativista que la sostiene actualmente, sin olvidar la proximidad a la N-322 Córdoba-Valencia, así como la A-32 (Linares-Albacete) que prevé su paso en años próximos, como un elemento clave a tener en cuenta para el futuro desarrollo de la comarca. Así, atendiendo al transporte, se consiguen también factores de localización industrial y se apuesta de manera directa por las fuentes de energías renovables, en un inmejorable marco natural, sumándose así a otros que ya se dan como la mano de obra, el medio ambiente o la proximidad a la materia prima. Francisco Javier Torres Herrera concluye con estos datos su informe.