Emotiva despedida a la patrona

Cientos de ubetenses acompañan a la Virgen de Guadalupe hasta el Gavellar

11 sep 2017 / 12:02 H.

L os ubetenses vivieron tres intensos días con multitud de actos en honor de la Señora del Gavellar, festejos que culminaron con el traslado de la Virgen de Guadalupe hasta su santuario, lugar donde permanecerá hasta el próximo mes de mayo cuando, de nuevo, sea trasladada desde este lugar a la aldea de Santa Eulalia y, desde allí, a la ciudad de los cerros, donde pasará los meses de verano en los que recibe multitud de visitas de sus “hijos” en la capilla que la patrona de los ubetenses tiene en la Basílica Menor de Santa María de los Reales Alcázares, uno de los monumentos más representativos de la ciudad.

La jornada del domingo comenzó muy temprano, concretamente a las seis y media de la mañana, con una eucaristía celebrada en la iglesia de la Santísima Trinidad. Al concluir la misa, los cohetes anunciaban a los “guadalupanos” que la chiquitilla del Gavellar iniciaba su camino hacia el Molino de Lázaro, donde fue despedida por Luis Martínez Rueda, quien con unas palabras sencillas, se emocionó en varias ocasiones al mismo tiempo que hizo brotar lágrimas entre los cientos de ubetenses congregados, unos para despedir a la Virgen y otros para acompañarla hasta el santuario.

Martínez recordó en su despedida a los ubetenses que están enfermos y necesitan del consuelo de la madre de Dios. Asimismo, dedicó unas palabras a los jóvenes a los que pidió que no abandonen a la Virgen de Guadalupe y la acompañen no solo en su despedida sino en su recibimiento así como en los actos que se realizan en su honor. Además quiso agradeció a los miembros de las vocalías de juventud de las cofradías de Semana Santa su asistencia a la novena. Tras la despedida en el Molino de Lázaro, la Virgen de Guadalupe inició su camino de regreso al santuario del Gavellar, no sin antes hacer una parada en el cementerio de San Ginés. Después, acompañada por cientos de ubetenses, partió a la pedanía de Santa Eulalia, la que llegó sobre las diez y cuarto de la mañana, donde los aldeanos la esperaban para despedirse de ella, no sin antes celebrar una eucaristía presidida por la Virgen. Una vez concluida la misa partió de la pedanía al santuario, lugar al que llegaba al filo de las doce y media. Allí la esperaban cientos de ubetenses y aldeanos para recibirla y escuchar misa en la explanada del santuario. Una celebración que estuvo oficiada por Marco Antonio Vázquez, acompañada por el coro Pasión Andaluza, encargado de cantar también en la despedida a la Chiquitilla en Úbeda. Los “guadalupanos” inmortalizaron la imagen de la Virgen con sus teléfonos móviles y cámaras, una vez concluyó la celebración. Miguel Ráez, presidente de la Real Archicofradía, agradeció la presencia de los ubetenses en los actos para honrar a la patrona. Asimismo recordó a los presentes que los segundos y cuartos domingos de cada mes hay misa en el santuario.