Una lucha por la justicia y la dignidad en las Aldeas Perdidas de Santiago-Pontones

El colectivo pide una mayor consideración por parte del Gobierno de la Junta

23 mar 2024 / 19:25 H.
Ver comentarios

Un grito contra el olvido. Ataviados con sombreros, los descendientes de los serranos de la Sierra de Segura protestaron frente a la Delegación Provincial de la Consejería de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía por la falta de consideración a la población autóctona. Concretamente, a los antiguos habitantes del Valle de las Aldeas Perdidas de Santiago-Pontones. Con la lectura del manifiesto “Réquiem por las Aldeas Perdidas”, han realizado un recorrido por la historia de estas zonas y solicitan a la Administración que realice algunas iniciativas para potenciar el turismo del territorio, como la rehabilitación y señalización de los antiguos caminos de herradura, la habilitación de refugios para los senderistas, la restauración de Los Centenares o El Miravete para convertirlas en ecoaldeas.

Javier Morote, investigador sobre las Aldeas Perdidas, ha explicado que no dejarán de luchar por aquellos que no tienen la capacidad de hacerlo: “Muchos ya no pueden venir, o bien por la edad o bien porque al expropiarlos se fueron para intentar ser considerados como ciudadanos de primera, no de tercera, como eran considerados por la Administración entonces y como se es a día de hoy”. En antaño, el Valle de las Aldeas Perdidas era un espacio natural conservado gracias a la labor de los serranos que habitaban la región. Durante cientos de años, la población vivió en simbiosis con el entorno y cuidó el monte.

Sin embargo, en los últimos años del franquismo, se dictaminaron una serie de leyes que daban a entender que los habitantes de la comarca impedían el aprovechamiento económico de la sierra en lo referente a la madera, a la caza y al turismo. No obstante, no ha cambiado la situación, sino que esas leyes siguen vigentes en la actualidad. Con el paso de los años, sus descendientes decidieron que ya era momento de reivindicar y exigir que se reconozca su historia, además de reclamar el derecho a una vida digna, la que les fue arrebatada a sus antepasados. Con la serenidad y perseverancia que los caracteriza, continuarán con su lucha porque “la sierra sin sus hombres y mujeres es solamente piedra”.

Provincia