El Tranvía Michelín

El que madruga nunca llega tarde, a menos que se vaya durmiendo en los laureles o en nuestro mar de olivos. Por eso, nunca es tarde para echar a andar algo que ya se hizo para ese uso, aunque no fuera necesaria su creación. Cuando las cosas están hechas, no hay que abandonarlas. El abandono requiere de una nueva inversión y no está el horno para bollos. De bollos sí que entienden nuestros Estrellas Michelin, esos chefs de nuestra provincia que, gracias a su arte y formación culinaria, están atrayendo una lluvia de estrellas. De lluvia sí que andamos escasos, porque el cambio climático nos causa temperaturas elevadas para la época en la que nos encontramos. Con o sin lluvia, se acerca un fin de semana donde podemos disfrutar del ocio y degustar una variedad de platos estrella. La gastronomía está de moda y es que, a buen “comedor”, pocas palabras bastan, haciendo un guiño a ese entendedor de nuestro refranero español. Y, aunque no esté hecha la miel para la boca del asno, sí que lo está para el paladar de los jiennenses, que siempre tienen cerca un buen AOVE para añadir a sus recetas. Con tranvía o sin tranvía, Michelin ha llegado a la capital del Santo Reino, y lo ha hecho para quedarse. Agárrense, que vienen curvas.