Es necesario convencer

Vivimos unos momentos en los que fundamentalmente nos invade la tristeza y la desazón a la vista de los excesos de palabrería para demostrar que unos son mejores que los otros y que esos otros son escoria y todo sin pruebas irrefutables de que los unos son los buenos o aún más los mejores. En todas las facetas de la vida, y digo en todas, hay que convencer y esto solo se consigue con pruebas, con evidencias o sea con hechos. Recuerdan aquellas palabras de don Miguel de Unamuno “vencer no es convencer”, no voy a hacer aquí un mitin político, nada más lejos de mi intención, así que para quitar hierro al asunto diré que “obras son amores y no buenas razones”. Y como profesional de la edificación me gusta pisar el suelo firme y ver fluir el hormigón. Jaén necesita obras, hechos, realidades palpables, estamos muy cansados, agotados de palabrería, de promesas incumplidas, de usar la retórica unida a la palabra millones seguida de euros eso sí en la nebulosa, en el espacio etéreo, en sueños que nunca se concretan en ladrillos, en hormigón, en servicios reales a los ciudadanos, al menos similares a los que se dan al resto de ciudades andaluzas y españolas, nos hablan de futuro sostenible y nos siguen obligando a desplazarnos en coche privado, de privado podemos seguir y no acabar, tranvía, jeje, eso para los demás, aquí no llega.