Sin piloto

    15 ene 2024 / 09:56 H.
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    Si 2023 se recordará en el futuro no será por el triunfo de Milei, la guerra contra Gaza, la amnistía de Sánchez, o la caída de Podemos, no. Será recordado porqué fue el año que hizo su irrupción una herramienta de inteligencia artificial que tiene la virtud de generar un diálogo que emula a los seres humanos, y además da paso a otro ciento de herramientas que generan fotos, textos académicos, planes empresariales o discursos políticos. La vieja frontera entre la creatividad, el conocimiento y el saber; incluso con la idea de poder o la de capacidad técnica de hacer, han sido dinamitadas y sólo un leve apego a la ética puede hacernos creer que hay alguna posibilidad para los humanos de no ser destruidos por su propio conocimiento. Europa se ha lanzado a legislar, intentando poner puertas al campo, las grandes empresas tecnológicas prevén una nueva ola de ganancias millonarias, y los universitarios nos planteamos si no regresar al boli bic para tomar apuntes y hacer exámenes. Y todo esto es una nueva realidad que no es fácil que nos salga bien, imagine usted que es casi seguro que esta columna no lo haya escrito el ser humano que se me presupone; de la misma manera que podemos pensar estará siendo leída por una máquina, para alimentar una conversación ajena a nosotros. Bienvenidos al desierto de lo real.

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