Juegos y edades

    19 mar 2024 / 09:44 H.
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    Juegos de la edad tardía es una maravillosa novela del genial Luis Landero que evoca la reviviscencia de la juventud a destiempo. Ay de aquel divino tesoro ya reducido a las cenizas del recuerdo y los sueños. En mi época adolescente el caradura y canalla era objeto de culto y fascinación para aquellos discípulos de la timidez que teníamos ese afán del querer ser cabroncetes sin poder apenas lograrlo. Entonces algún amigo del alma solía decirme “si queremos triunfar hay que ser malos”. Era aquel un propósito de perdición que incitaba a saltarse las normas y hacer un ejercicio de cinismo cuando éramos sorprendidos llegando a casa al amanecer mientras decíamos sin pestañear que veníamos de misa, era el deseo por crearse un personaje peliculero, había necesidad de sentirse furtivo, traidor, pillo, impostor o simplemente mentiroso para convertirse en un tipo de éxito. Ante aquellos juegos de la edad temprana no sé yo si esta sociedad actual de mercachifles de lo ético, estafadores del voto y compradores de la dignidad que hacen de la necesidad una defectuosa virtud no habrán caído en los peligrosos juegos de la edad tardía, esos que suelen prender los ánimos del iluso ciudadano que jugando a ganar siempre suele perder.

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