Nombres borrascosos

    23 ene 2024 / 08:55 H.
    Ver comentarios

    Lo reconozco, tengo un nombre vulgar, poco patricio y muy plebeyo. El mismo nombre del santo profeta que por lenguaraz perdió la cabeza, un Juan seguido del misterio trinitario que me hizo rara avis en la infancia y que tras ciertas pretéritas desavenencias he lucido en la madurez con orgullo hereditario de nieto agradecido. Lo que nunca imaginé fue llegar a tener un homónimo meteorológico en forma de borrasca. Ha sido una borrasca generosa pero insuficiente porque necesitados estamos del líquido elemento para poder salvar la sequía que se avecina y ser felices como Gene Kelly singin´ in the rain. Ojalá sigamos viendo llover con la mirada empapada de Clint Eastwood hasta desbordar los puentes de Madison y de Triana. Necesitamos la lluvia en invierno como agua de mayo para sentir en abril el perfume del azahar mojado y revivir el olor de esa lluvia fina, persistente, furtiva, torrencial, romántica, olorosa, sensitiva... a veces agradable y agradecida otras detestable y maliciosa. Pensemos que aunque nunca llueve a gusto de todos tampoco lloverá eternamente, así que pongamos siempre al bendito mal tiempo nuestra mejor cara. Falta nos hace.

    Articulistas