Un crucero en trasatlántico

    04 may 2024 / 09:23 H.
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    Llamaron a la puerta de La Codorniz y Marciano se asombró de que el que llamaba era un capitán de la Marina. Este señor era José Rubio, emisario del conde de Ybarra, propietario de los transatlánticos de la compañía Ybarra. Después de los saludos habituales el capitán expresó que tenían la intención de crear una revista para ser repartida entre los usuarios de la compañía. “El señor conde me ha recomendado que sea usted el que lo haga”, dijo. Durante el aperitivo Álvaro comentó la visita explicando que teníamos que hacer una revista en blanco y negro, con chistes y artículos de humor, excepto de naufragios. Fernando Perdiguero se puso manos a la obra y en pocos días se terminaba el proyecto. Marciano fue el encargado de recoger el documento y llevarlo a las oficinas de la compañía Ybarra, que tenía su sede en la Gran Vía madrileña, muy cerca de la Plaza de Callao. Pocos días más tarde volvió el señor Rubio indicando manos a la obra, así es como nace la revista Maripez, que se repartió entre los transatlánticos Cabo San Vicente y Cabo San Roque. El conde de Ybarra, muy agradecido por el éxito de Maripez entre los viajeros, le hizo entrega a Álvaro de dos pasajes para un crucero. Lo aprovecharon su esposa Concepción Kaifer y su hija Conchita. Continuará.

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