La solidaridad de la Cruz Roja

    20 abr 2024 / 09:42 H.
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    Nadie puede cuestionar el valioso trabajo que realiza la Cruz Roja en la provincia, una institución que, si no existiera, habría que inventarla. La Memoria Anual da fe de su situación y, además, sirve como termómetro para medir la temperatura de la pobreza en una tierra en la que ahora las dificultades están en pagar las facturas más que en conseguir productos de primera necesidad. Casi 35.000 personas fueron atendidas el año pasado gracias a su acción social y, sobre todo, a su capacidad para llegar hasta el último rincón, una de las fortalezas de una organización humanitaria para acceder a entornos donde la población tiene menos acceso a recursos públicos. Hay que aplaudir la labor de los cerca de tres mil voluntarios y las catorce mil empresas que colaboran, porque juntas demuestran la ingente solidaridad de los jiennenses. Sin lugar a dudas, uno de los desafíos a los que da respuesta la Cruz Roja es la lucha contra la soledad no deseada, una pandemia invisible convertida en una verdadero problema, sobre todo entre los más mayores de edad. El acompañamiento vale, en este sentido, mucho más que el alimento que cualquier persona pueda percibir en forma de ayuda, una aportación que, además, esta institución realiza de forma personalizada, con la promoción de estilos de vida saludables, proyectos que facilitan salir a la calle e iniciativas de sensibilización y concienciación de la sociedad para evitar situaciones de maltrato e infantilización del colectivo. El empleo es otro de los caballos de batalla, lo mismo que la atención a las mujeres y a los jóvenes. Las administraciones están obligadas a arrimar el hombre, porque con colectivos como la Cruz Roja es más fácil el camino.

    Editorial