Realidad inmersiva en el olivar

    18 abr 2024 / 09:47 H.
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    El inmenso mar de olivos que caracteriza a la provincia de Jaén ofrece múltiples posibilidades de rendimiento que van mucho más allá del zumo que se obtiene de las aceitunas. Ya no es sólo el aceite el producto que se obtiene del fruto de estos árboles milenarios, sino también residuos que se convierten en una oportunidad de negocio con la conocida ahora como economía circular, que no es otra cosa que el aprovechamiento de lo que sobra en un proceso de producción del que los jiennenses son líderes en el mundo. Las energías renovables y limpias encuentran en la materia residual del olivar una buena fuente de alimentación que, sin embargo, todavía no está explotada al máximo. Otra opción es la vertiente turística en esa búsqueda incesante de sensaciones que brilla en los portales de búsqueda de ofertas de ocio. Hay iniciativas interesantes en determinados lugares de la provincia y, aunque queda mucho camino que recorrer, hay que aplaudir la labor que realiza al respecto Aires de Jaén en la Finca Badenes de Jabalquinto, que no para de innovar para mostrar al mundo cómo se vive en el olivar, de qué manera se recogen las aceitunas, cuál es el proceso hasta que el aceite de oliva llega a la botella y, de paso, deleitar a los paladares más exquisitos del mundo sin dejar atrás el contexto histórico. Completa, ahora, la experiencia que ofrece en sus instalaciones, con la que reciben a cerca de cinco mil personas cada año, con un proyecto de realidad inmersiva que les permite mantener la actividad turística durante todo el año. Ejemplos como este tienen que cundir en una provincia que tiene un verdadero tesoro en su paisaje. Falta el empuje de las administraciones y la valentía del empresariado.

    Editorial