Seguridad y salud en el trabajo

Mañana domingo, como cada 28 de abril, se celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo, una jornada que invita a la reflexión, tanto de forma individual como colectiva, para frenar los accidentes que se producen en el tajo. Este año, el tema elegido se centra en explorar las repercusiones del cambio climático en la siniestralidad laboral, ya que cada vez son más los riesgos que surgen en este contexto, entre los que destacan el estrés térmico, la radiación ultravioleta, la contaminación atmosférica y los fenómenos meteorológicos extremos. Afectan a sectores variopintos y, a través de campañas de prevención, no queda otro camino que poner el acento en los puntos en los que hay más debilidades con el fin de afrontar un problema que rompe familias enteras. La Organización Internacional del Trabajo celebra una jornada tan especial con el fin de adelantarse a la siniestralidad y a la proliferación de las enfermedades profesionales en todo el mundo. Se trata de una campaña de sensibilización cuyo objetivo es centrar la atención, en el ámbito internacional, sobre las nuevas tendencias en seguridad y salud y sobre la magnitud de las lesiones, patologías y muertes en el mundo. No se trata de una efeméride baladí, sino todo lo contrario, es fundamental para que lo público y lo privado no baje la guardia. Hay que tener en cuenta que un trabajo tiene que ser siempre una manera de ganarse la vida, no de empeorarla o perderla, de tal forma que las administraciones públicas deben ser consciente de que un solo accidente siempre es demasiado. Importante es la rentabilidad, pero nunca se debe anteponer a las vidas humanas, por lo que es responsabilidad de todos poner los medios suficientes para evitar la siniestralidad en el trabajo. Los sindicatos reclaman una modificación de la ley de prevención de riesgos laborales, pero tan importante es afrontar los cambios necesarios como el cumplimiento de la normativa vigente en las empresas.